[...]Siempre me ha parecido que los Ángeles tienen la vanidad
de hablar de sí mismos como si sólo ellos fueran sabios; lo hacen
con una confianza insolente que nace del razonamiento
sistemático.
de hablar de sí mismos como si sólo ellos fueran sabios; lo hacen
con una confianza insolente que nace del razonamiento
sistemático.
Así Swedenborg se envanece de que cuanto escribe es
nuevo, aunque sólo es un índice o un catálogo de libros publicados
antes.
Un hombre lleva un mono a una fiesta y porque era un
poco más sabio que el mono se infló de vanidad y se consideró
más sabio que siete hombres.
nuevo, aunque sólo es un índice o un catálogo de libros publicados
antes.
Un hombre lleva un mono a una fiesta y porque era un
poco más sabio que el mono se infló de vanidad y se consideró
más sabio que siete hombres.
Así es el caso de Swedenborg que muestra la locura de las
iglesias y quita la máscara a los hipócritas e imagina que todos
los hombres son religiosos y que él es el único hombre en la tierra
que rompió las mallas de la red.
Ahora, oíd el hecho tal como es: Swedenborg no ha escrito
una sola verdad nueva.
Y, ahora, oíd la causa: conversaba con los ángeles que
son, todos, religiosos, y no conversaba con los demonios que odian
la religión, porque sus prejuicios lo hacían incapaz.
iglesias y quita la máscara a los hipócritas e imagina que todos
los hombres son religiosos y que él es el único hombre en la tierra
que rompió las mallas de la red.
Ahora, oíd el hecho tal como es: Swedenborg no ha escrito
una sola verdad nueva.
Y, ahora, oíd la causa: conversaba con los ángeles que
son, todos, religiosos, y no conversaba con los demonios que odian
la religión, porque sus prejuicios lo hacían incapaz.
Así es que las obras de Swedenborg son una
recapitulación de todas las opiniones superficiales, y un análisis
de las más sublimes; nada más.
He aquí otro hecho: cualquier hombre de talento mecánico
puede extraer de las obras de Paracelso o de Jacob Behmen diez
mil volúmenes de igual valor que los de Swedenborg, y un
número infinito de los libros de Dante o Shakespeare.Pero, cuando lo haya hecho, que no pretenda saber más
que su maestro porque sólo sostiene una bujía en pleno sol.
recapitulación de todas las opiniones superficiales, y un análisis
de las más sublimes; nada más.
He aquí otro hecho: cualquier hombre de talento mecánico
puede extraer de las obras de Paracelso o de Jacob Behmen diez
mil volúmenes de igual valor que los de Swedenborg, y un
número infinito de los libros de Dante o Shakespeare.Pero, cuando lo haya hecho, que no pretenda saber más
que su maestro porque sólo sostiene una bujía en pleno sol.
Con eso recuerdo todo. Con eso concluyo todo; comienzo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario