Después de mi respuesta, calló. No dijo nada y temí de haberlo lastimado con aquella afirmación. Me arrepentí de haberle contestado de esa manera. Pero sonrió. Y prosiguió a preguntarme algunas cosas.
Le conversaba de todos mis últimos acontecimientos. De mis logros, mis derrotas y ciertas decepciones. De mis futuros proyectos, de lo feliz que me encontraba al estar haciendo lo que en estos momentos más me "llena". Que comienzo a entender un poco más acerca del verdadero camino, de ese en en cual no tienes más metas que recorrerlo. Que he reconocido muchas cosas de las que dí alguna vez por perdidas. De las grandes personas que he aprendido a conocer. De todos aquellos viejos libros de los siempre, más de algún tipo de explicación tienen que dar a ciertas situaciones.
El sol me interrumpe y me pregunta-
-¿Y si jamás pensaste realizar esas cosas, de las cuales te escurrías burlandote constantemente de quienes en verdad lo practicaban, de todos aquellos viejos libros que jamás pensaste en comprender y que hoy te han tallado y lo siguen haciendo constantemente?.Pensaste en cambiar. Lo has logrado. Y lo sigues haciendo cada mañana que te pones en pié, en cada mañana que te tomas para entender tu respiración y poder hacerla aún parte de tí, entonces ¿Por qué yo, a pesar de toda aquella responsibilidad que cae en mí, de mantener a tus pares en un ciclo constante que ha perdurado por millones de años, ni siquiera poder pensar que algún día podré conocer a la Luna en medianoche? Puede que llegue a los finales de los tiempos con mi pensamiento, pero creeme que la conoceré, como tu estás comenzando a conocer tu propio camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario